domingo, octubre 09, 2011

Cinética.


Estaba postrado en esa cama desde hace 25 años.
La vida suena a balada cuando te la traen a la cama, los pasos son cuadros acercándose a tu manera de estar vivo. Por eso cuando Ricardo Monsiur tuvo la ingrata idea de bajar a rastras al piso y colarse al ventanal para sentarse como pudo en esa abertura al mundo desde un también ingrato onceavo piso, nadie pudo juzgarle nada (aunque cabe resaltar, nadie tampoco había que lo hiciera en ese cuartucho).

Sería impropio decir que saltó desde el onceavo piso de ese cuartucho cuando en realidad se limitó a caer.
Estaba postrado en esa cama desde hace 25 años y cuando el señor Monsiur se dio cuenta de ello, siguió postrado en un lodazal rojo que nada tenía que ver con la comodidad de su cama. Once pisos no fueron suficientes.

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