jueves, noviembre 25, 2010

Hermelinda



Escucha amada mía,
tengo los ojos vuelcos
en los mil espejos que son tus ojos
y el corazón tapizado
con las mil manos que son
tu sola caricia.

Escucha amada mía
los gritos de mi palabra
que sólo dicen tu nombre
en el anonimato de tus oídos
y disfruta el cielo de rosas
que dibujo en tu puerta
cuando escapas de la almohada.

Escucha amada mía
que sin ser mía
te he vuelto un recuerdo
y un poema
para hacerte una mujer
en carne y rosa,
amada mía vuelve a mi
aunque no te hayas ido aún
sin siquiera saber quien soy.

Escucha amada mia
todo lo que te digo
cuando sé que no estás
para escucharlo

o escuchándolo
no estás
para decírtelo.

No hay comentarios: