domingo, noviembre 21, 2010

Todo(s)


/On/
Yo.
Hoy, octavo día del mes de enero, sumo un año al almanaque de mi vida, una equis en la larga lista de años que me he propuesto vivir, entusiasmo que no debería ser confundido con pesimismo, sólo ha sido un mal día y me he propuesto volverlo aun peor con las pequeñas conversaciones que tengo ensimismado. Tal vez lo que salve el día sea la cámara que saqué de la caja, una Nikon D200 Reflex Profesional, recién llegada ayer como regalo de unos tíos que se acordaron que tenían sobrino, la nota fue tan emotiva que casi lloro (de risa): "De Canadá con amor." O ellos han tomado el nombre del país donde residen actualmente o creen que así suena más fuerte el mensaje. En fin. 
Afortunadamente "ella" aceptó la sesión fotográfica y no se hizo de rogar, un chocolate Sublime en su bolsillo y la promesa de tomarla siempre a contraluz para que su sonrisa deslumbre más que el flash o su cabello seduzca más que un beso, fueron suficientes para convencerla. Hoy, a estas horas de la tarde mientras fijo la mirada a traves de la mira, el rojo del cielo se esconde tras la pared, la pared tras ella, ella tras la cámara y yo tras todos ellos. Los edificios que sirven de paisaje a esta azotea ignoran de la canción de Radiohead sonando lenta y cadenciosamente, sólo acompasados por el flash que de luz cobra sonido, el flash que sabio en su carrera contra la noche que se avecina y culminaría toda sesión, se da el tiempo para silenciar cada suspiro que sin mi permiso, señala la manera cada vez más torpe de mirarla a "ella". Si mis fotos son la manera en que yo la veo, estoy seguro que su silueta saldría en versos, sus ojos copas de vino y sus labios néctar de miel. A mi corta edad fue atinado dejar eso de la poesía a un lado y dedicarme a la fotografía, no soportaría tanta cursilería junta, ya me basta con estar enamorado de la mujer que fotografío algunas tardes de fortuna, siempre en el mismo tejado y a la misma hora... sin que "ella" siquiera atine a preguntar el segundo nombre del que la ve tras el lente, siquiera atine a observar la cámara cuando el flash suspira, siquiera se digne a esperar que guarde las cosas antes de bajarse del techo para tal vez ir juntos camino a casa.
Es curioso, hoy es mi cumpleaños y hago lo que haría un día cualquiera que no fuera mi cumpleaños.Tomar fotos.

Ella.
Es aburrido, "él" me llamó temprano, con su voz ronca al teléfono, su típico argumento del chocolate y la promesa de tomarme fotos a lo Marylin Monroe no deja de parecerme amena pero a la vez espesa. Tardes como esta el cielo trae un rojo que me encantaría emular con los ojos y pintarme los labios con esas nubes que parecen perderse en el horizonte de un día que acaba, la noche se avecina y Radiohead sabe cómo llevar el reloj sin que me impaciente ante cada flash, me encanta cómo suena esta nueva cámara, es casi un suspiro tras cada cortina de luz. El balcón gris tras de mí contrasta bien mi cabello y me supongo vana al pensar en esto cuando en casa sé que me espera "aquel", esperando mi respuesta. No importa que dibuje una sonrisa y mire paciente el horizonte ante la cámara, por dentro el reloj carcome mi indiferencia y me hace suponer distintos finales al día de hoy. No quisiera tomar decisiones una tarde tan hermosa como ésta, pero el ambiente me adormece los problemas y ni el bueno del fotógrafo que se pone serio ante cada foto tomada, ni el frío que comienza a asomar mis brazos desnudos, logran desviar mi atención del flash que adormece el reloj. Me pregunto a momentos: ¿Volveré con "aquel"? ¿Qué hago hoy tomándome fotos? ¿Por qué "él" no sonríe nunca cuando toma fotos? ¿? ¿ya compró el Sublime y me lo comí o aún no lo ha comprado? ¿Por qué me pregunto idioteces?. Tras la última foto tomada y mientras "él" recoge sus cosas del suelo para retirarse, adelanto mis pasos y libero un sutil Chao mientras lo miro para ver si atina a mirarme sin esconderse tras cada flash que sólo logra cegar mi intención de mirarlo de frente, pero él sólo recoge minuciosamente cada uno de sus papeles de colores y soportes para la cámara, emito una leve queja y bajo la mirada sin saber por qué, tal vez el día me ha agotado, tal vez no quiera afrontar lo que viene en unos momentos o tal vez el fotógrafo no conozca de mi más que lo que conoce en aquellas tardes donde congelo la mirada y eso me frustra, repito, sin saber por qué. Lo dejo atras con sus cosas, me pierdo en la noche y me dirijo a decirle mi respuesta al que de seguro me espera con una pregunta.

Aquel.
No la entiendo. Fueron meses que pudieron ser años, pero ella congeló el reloj y no me dejó terminar de respirar su aroma. Aunque sé que "ella" no estaría en su casa toda la tarde, no pude menos que esperar paciente, aquí sentado afuera de su puerta, mientras pierdo mis ojos en el rojo total de un cielo que se olvida de celestes para fundirse en un azul absoluto. Memorias cercanas pasan como un video entre las nubes, ella y su mirada de aquel primer día, la colección de visitas que hicimos a todos los parques de Lima, la vez que nos besamos bajo el mar para evitar ahogarnos en la torpeza de aquella caida del paseo en bote, la vez que me tocó cocinar y ella lo comió todo sin chistar, con una sonrisa propia sólo de ella. Recuerdos que pasan a segundo plano cuando intento olvidar el por qué estoy aquí afuera de su puerta sentado y no adentro en su sillón recostado. La noche comienza su andanza y veo los primeros faroles de la calle encenderse, el frío va cobrando forma de viento y una silueta va dibujándose en mi dirección, atino a divisar el primer rojo de aquel blanco y negro que es la noche, sus labios se me hacen inconfundibles así sean metros o miradas indiferentes los que me separen de ella. Me paro sobre mis dos pies y solo cuando ella llega del todo pronuncio lenta y cadenciosamente la pregunta que tenía preparada desde ayer que me atreví a venir, pero esperé hasta hoy para enunciar: "Hay que volver." 
Ella me miró casi congelada, era una foto de ella misma pero moviendo los labios, sólo respondió: "Esperaba una pregunta de tu parte." y sepultó mis esperanzas tras su "No una orden o capricho sin razón" y un portazo tan fuerte... que estoy seguro cerró el telón de aquella tarde.

Eso.
Estoy escaso de sentidos excepto de la visión, por eso me he percatado de cómo "él" siempre me usa para congelar el tiempo, observar hasta donde sus ojos no llegan y sobre todo... mirar de frente a quien no puede mirar de frente, mirarla a ella.
Ella viene a veces y me toca mirarla. No es como observo aquellas paredes pintadas o aquellas puestas de sol, no. Ella viene a veces y me toca observarla. No como miro su larga lista de familiares cuando toca fiesta o cuando se le ocurre ponerme en el piso y alejarse corriendo para que a los diez segundos él aparezca parado fingiendo indiferencia y soberbia en su postura. Es hasta cómico. A ella la observo como si no necesitara congelar aquel segundo de luz hecho flash, a ella la observo ya como arte, sin un verso encima o colores demás, su sola postura en el horizonte es de por sí un poema al sol, yo que mancho mi pupila con lo que se le antoje al fotógrafo no puedo evitar dejar de ser una cámara y objeto para pasar a ser un admirador anónimo en las tardes aquellas cuando "él" se la roba a "aquel" y retratarla en suspiros que me encargo de convertir en fotos. Esta tarde me es claro el nerviosismo de "ella" en cada mirada al viento, algo la preocupa, obviamente "él" no se ha dado cuenta, está hipnotizado en tu eterno resplandor, que lo enmudece aunque haya cumplido un año más, la madurez no llega con los años, llega con los actos.
Me limito a congelar cada segundo en imágenes pero desde este punto de vista puedo ver mejor cuando ella se va y lo mira, sin que él se dé cuenta, tonto tirado en el piso recogiéndome y los demás artilugios, sin darse cuenta que lo más importante de esta tarde no son las fotos, es ella. Aunque sólo tengo un ojo y estoy de escaso de sentidos, leo en sus labios un chao que él ignora torpemente. Sé que va donde aquel. La noche se hace una con nosotros y sólo espero que la historia acabe en otra tarde como esta, el rojo del cielo ha estado espectacular.
/Off/

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