domingo, febrero 13, 2011

El bus de (mis) ideas



El sol entraba por la ventana
sin pedir permiso
y nadie decía nada,
todos enamorados de su mudez
y el estruendo del bus
haciéndole coro a todos sus silencios.

Nadie decía nada
pero me atreví a escribir,
acaso esperando romper el hielo con la chica de al lado,
acaso con ganas de conversar conmigo,
acaso desenamorado del silencio.

Me atreví a escribir,
usando el sol como tinta
y las sombras como lienzo,
sentado en la esquina del tiempo
(o tal vez en mi humilde asiento, no recuerdo)
y pensando más cosas que un muerto. (eso recuerdo)

Usando el sol
como tinta en mis ojos
que delinean sonrisas (ajenas)
pero que enamoran más que el silencio,
usando la velocidad como pretexto
de tantas cosas que haré
en este pedazo de momento.

Como tinta en mis ojos
se van derramando los paisajes
de una Lima gris
que está siendo dorada por el sol,
de personas infinitas
que no son infinitas hoy.
(de las cosas que dicen y las mentiras que hacen)

Se van derramando los paisajes,
Lima,
las personas,
mientras me hundo en el silencio
de unas palabras huecas
ahogadas en el eco de mis ideas.
(de unos paréntesis innecesarios),
un punto apresurado.

Todos enamorados de su silencio,
viajan,
sin importarles el resto,
mientras el sol se derrama,
en el vacío de sus asientos.
(especialmente del mío)

El bus viaja lento
pero yo a la velocidad de la luz
me muevo.

(o me detengo).

1 comentario:

Carmen Troncoso Baeza dijo...

Muy buen poemas, felicitaciones desde Chile.